Bolivia es un país con una inmensa riqueza cultural y musical. El folklore y la tradición andina boliviana han trascendido sus fronteras desde hace mucho tiempo, se admira sus instrumentos y sus coloridas danzas; son muy pocos los países que en América Latina pueden preciarse te tener una variedad tan grande y rica de folklore.
Esta tradición se ha conjuncionado con la tradición y las técnicas compositivas heredadas de Europa, de tal suerte que la creación musical boliviana presenta nítidos rasgos de ese mestizaje.
La música contemporánea en este país ha evolucionado de manera irregular y ha dado muestras de madurez en las últimas décadas, especialmente a partir de la creación de los Festivales Bolivianos de Música Contemporánea el año 1992.
La asimilación y los lenguajes de vanguardia de la Europa Occidental recién impactan a los músicos bolivianos a partir de finales de los 60’s con el retorno a Bolivia del Mtro. Alberto Villalpando, formado en Buenos Aires por Alberto Ginastera y otros eminentes compositores europeos como Olivier Messiaen, Luigi Dallapiccola, Bruno Maderna, Luigi Nono y otros más.
La necesidad de reflejar también una sonoridad boliviana propia impulsa a principios de los años 80 a la creación de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos como parte del Taller de Música de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz. Esta particular orquesta conformada por instrumentos aerófonos y percusión andina, aun existe como institución independiente y está dirigida por el compositor Cergio Prudencio.
Nuevas generaciones de compositores se han ido formando a partir de la labor docente de Alberto Villalpando. Cergio Prudencio, Nicolás Suárez, Franz Terceros, Freddy Terrazas, Agustín Fernández, Willy Pozadas y otros fueron egresados del Taller de Música de la Universidad Católica de La Paz a finales de los años 70. Gerardo Yánez, Edgar Alandia y Jorge Ibáñez concluyeron sus estudios fuera de Bolivia (Alemania, Italia y Estados Unidos respectivamente) y radican actualmente en esos mismos países.
Desde finales de los 80 surge una nueva generación de compositores tanto dentro como fuera de Bolivia. Javier Parrado, Juan Siles Hoyos y Julio Cabezas, terminaron sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música con Villalpando. Gastón Arce Sejas y Oldrich Halas vuelven al país desde Argentina y Alemania. Otros compositores vinculados a la música popular y a la primera Orquesta de Instrumentos Nativos son Oscar García, César Junaro y Javier Tapia.
A finales de los 90’s otro grupo de compositores más jóvenes surge de la Carrera de Música de la Universidad Unión Evangélica Boliviana como Gabriel Callizaya Chambi, Jaime Ramos y María Teresa Gutiérrez.
La reapertura de un nuevo Taller de Música en la Universidad Católica Boliviana el año 2003, produce algunos jóvenes compositores que han comenzado su vida profesional con relativo éxito, como Sebastián Zuleta, Canela Palacios, Hugo de Ugarte, Alejandro Rivas o Adriana Aramayo.
En Cochabamba, nueva residencia del Maestro Villalpando, surge un compositor de mucho talento como es Luis Moya.
Finalmente en el seno de la Carrera de Música de la Universidad Loyola de La Paz, terminan su formación otro grupo de jóvenes compositores que, de la misma manera, se encuentran en la búsqueda por consolidarse dentro del panorama de la creación musical boliviana, como Oscar Kellemberger, Diego Fletcher, David Arze y Carlos Gutiérrez entre otros.
La Orquesta Sinfónica Nacional de Bolivia, la Orquesta Filarmónica Cochabamba, el Trío Apolo, el Ensamble PETRA, la Sinfonietta Loyola, La Orquesta de Instrumentos Nativos de la U. Loyola, el Ensamble Caleidoscopio, la Coral Nova, etc. Son algunas de las instituciones musicales que eventualmente han promovido la ejecución de música nueva, tanto boliviana como internacional. Sin embargo actualmente hay propuestas novedosas y arraigadas en la tradición musical boliviana que le están permitiendo al país lograr una producción auténtica y de muy buena calidad.
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